COLOURS
Bienvenidos a la casa de Sandia... estas dispuesto a sentir?
(una amapola..en tu cerebro infectado...)
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octubre 24, 2010
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agosto 04, 2010
Ola
Los días nublados la irritaban; rompía muebles, decía malas palabras, me cubría de insultos y de una espuma gris y verdosa. Escupía, lloraba, juraba, profetizaba. Sujeta a la luna, las estrellas, al influjo de la luz de otros mundos, cambiaba de humor y de semblante de una manera que a mí me parecía fantástica, pero que era tal como la marea.
MI VIDA CON LA OLA....... O. P.
Cuando dejé aquel mar, una ola se adelanto entre todas. Era esbelta y ligera.
Si la abrazaba, ella se erguía, increíblemente esbelta, como tallo liquido de un chopo;
y de pronto esa delgadez florecía en un chorro de plumas blancas, en un penacho de risas de caían sobre mi cabeza y mi espalda y me cubrían de blancuras. O se extendía frente a mí, infinita como el horizonte, hasta que yo también me hacia horizonte y silencio. Plena y sinuosa, me envolvía como una música o unos labios inmensos. Su presencia era un ir y venir de caricias, de rumores, de besos. Entraba en sus aguas, me ahogaba a medias y en un cerrar de ojos me encontraba arriba, en lo alto del vértigo, misteriosamente suspendido, para caer después como una piedra, y sentirme suavemente depositado en lo seco, como una pluma. Nada es comparable a dormir mecido en las aguas, si no es despertar golpeado por mil alegres látigos ligeros, por arremetidas que se retiran riendo.
Si la abrazaba, ella se erguía, increíblemente esbelta, como tallo liquido de un chopo;
y de pronto esa delgadez florecía en un chorro de plumas blancas, en un penacho de risas de caían sobre mi cabeza y mi espalda y me cubrían de blancuras. O se extendía frente a mí, infinita como el horizonte, hasta que yo también me hacia horizonte y silencio. Plena y sinuosa, me envolvía como una música o unos labios inmensos. Su presencia era un ir y venir de caricias, de rumores, de besos. Entraba en sus aguas, me ahogaba a medias y en un cerrar de ojos me encontraba arriba, en lo alto del vértigo, misteriosamente suspendido, para caer después como una piedra, y sentirme suavemente depositado en lo seco, como una pluma. Nada es comparable a dormir mecido en las aguas, si no es despertar golpeado por mil alegres látigos ligeros, por arremetidas que se retiran riendo.
Pero jamás llegue al centro de su ser. Nunca toque el nudo del ay y de la muerte. Quizá en las olas no existe ese sitio secreto que hace vulnerable y mortal a la mujer, ese pequeño botón eléctrico donde todo se enlaza, se crispa y se yergue, para luego desfallecer. Su sensibilidad, como las mujeres, se propagaba en ondas, solo que no eran ondas concéntricas, sino excéntricas, que se extendían cada vez mas lejos, hasta tocar otros astros. Amarla era prolongarse en contactos remotos, vibrar con estrellas lejanas que no sospechamos. Pero su centro… no, no-tenia centro, sino un vació parecido al de los torbellinos, que me chupaba y me asfixiaba.
julio 20, 2010
OTRA
No puede haber.
No puede haber desgracia semejante.
Con iguales emociones.
Con las expresiones que en otra sonrisa no vería yo.
Con esa mirada atenta a mi indiferencia,
Cuando me salía de la situación.
Con la misma fantasía,
La capacidad de aguantar
El ritmo despiadado de mi mal humor.
Otra no puede haber,Parece claro que...
Es la cosa más evidente,
Evidentemente preocupante.
No, otra mujer no creo.
No puede haber desgracia semejante.
Con iguales emociones.
Con las expresiones que en otra sonrisa no vería yo.
Con esa mirada atenta a mi indiferencia,
Cuando me salía de la situación.
Con la misma fantasía,
La capacidad de aguantar
El ritmo despiadado de mi mal humor.
Otra no puede haber,Parece claro que...
Es la cosa más evidente,
Evidentemente preocupante.
No, otra mujer no creo.
julio 15, 2010
junio 30, 2010
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